Mi nombre es Ángel, aunque me dicen Dandy. Vivo en Andújar (Jaén).
Espero compartir contigo inquietudes, sugerencias, una visión de la realidad que nos pueda hacer algo más felices,...
Este blog quiere ser una pequeña ventana donde mirar hacia la realidad desde el ángulo del ciberespacio como se dice ahora. Puedes contar conmigo para lo que necesites. Recibe un abrazo de Paz.
De manera germinal, Jesús está diseñando en su despedida las líneas maestras de su movimiento de seguidores: una comunidad alimentada por Él mismo y dedicada totalmente a abrir caminos al reino de Dios, en una actitud de servicio humilde y fraterno, con la esperanza puesta en el reencuentro de la fiesta final.
Perdona a sus verdugos.Para el buen ladrón el perdón y una gran promesa. Jesús es maestro del perdón porque es maestro del amor.Sin duda, también al “mal” ladrón le ablandará el corazón, para que le diga: “Jesús, acuérdate de mí...” Al final no habrá separación entre crucificad@s buen@s y mal@s. Es lo que dice Lucas poniendo en boca de Jesús esas maravillosas palabras: “Padre, perdónalos...” Es el perdón, el amor, no el castigo, lo que nos salva y nos hace buen@s.
Dolor y esperanza. Comunión con los sufrimientos humanos y esperanza en el Dios de la vida. En el momento de la muerte, un grito de confianza absoluta.Padre, a ti voy. En ti me abandono.En ti quiero descansar.
“La muerte de Jesús en cruz es la consecuencia de una vida en el servicio radical a la justicia y al amor; es secuela de su opción por los pobres y los desheredados; de la opción por su pueblo, que sufría explotación y extorsión. En este mundo, toda salida en favor de la justicia y del amor es arriesgar la vida ”.
La pasión de Jesús no se termina y su Resurrección se renueva permanentemente. Comulguemos con l@sherman@s en su pasión y su resurrección,mostrando cercanía, unión y compromiso liberador, combatiendo las causas del sufrimiento. ¿Qué hago ante la personas crucificadas? ¿Qué hago ante sus cruces? ¿Qué voy a hacer para bajarlas de la cruz?
Con sus parábolas, Jesús, trata de acercar el reino de Dios a cada aldea, a cada familia, a cada persona. Con las parábolas de Jesús “sucede” algo que no se produce en las minuciosas explicaciones de los maestros de la ley.
Jesús hace presente a Dios irrumpiendo en la vida de sus oyentes.
Sus parábolas conmueven y hacen pensar; ocan su corazón y les invitan a abrirse a Dios; sacuden su vida convencional y crean un nuevo horizonte
para acogerlo y vivirlo de manera diferente.
La gente las escucha como una “buena noticia”, la mejor noticia que pueden escuchar.
La escena nos presenta a Jesús hablando con gente poco
recomendable: pecadores públicos y recaudadores de impuestos, ante el
escándalo de la gente onsiderada de orden y de bien: los fariseos y los letrados.
En tiempo de Jesús, compartir mesa era una forma especialmente íntima de
amistad y solidaridad. or ningún motivo se podía compartir mesa con alguien de clase inferior y mucho
menos con alguien cuya conducta no se aprobara.
Jesús se hace cercano a los indeseables y escandaliza a los fariseos.
Ellos también están invitados. Jesús no excluye a nadie.
La alegría del Padre, como toda alegría, busca compartirse y
comunicarse. Organiza una fiesta. Acoge, sienta a su mesa, regala comunión
fraternal, alegría, libertad y vida.
El “hijo menor” ha acogido ya el amor del Padre. Su vida sin sentido y sus
carencias le han ido conduciendo a los brazos del Padre que le esperaba sin
condiciones. Recupera su dignidad de hijo, sin tener que soportar un
interrogatorio humillante ni ningún escarmiento. No hay castigo ni penitencias.
Hay alegría y fiesta.
Es la gracia verdadera, la gratuita; el amor no se paga, se disfruta y se
celebra.
“Si el hijo hace mal, la madre no se indigna, se apena.
Si el hijo “vuelve”, la madre no perdona, se lleva un alegrón”. (J.E.Galarreta)