martes, 13 de diciembre de 2011

LAS PERSONAS FARO (2ª parte).-

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    Las personas FARO han aprendido a no juzgar. Buscan en cada ser humano lo bueno que hay en ellos. Pueden enfrentarse a los abusadores, sin faltarles el respeto a su dignidad de personas. Intentan disculpar, encontrar explicaciones a conductas que se les aparecen como anómalas o injustas. Por no juzgar, son ingenuos, no doblan la rodilla ante los tiranos u opresores.
·      Pueden tener muchos o pocos conocimientos. Y no valoran a las personas en función de los mismos. Pero todas esas personas-faro coinciden en haber alcanzado un nivel de sabiduría, bastante considerable. Es un saber-sabor que nace de las experiencias de su vida, de las buenas y, sobre todo, de las dolorosas. Esa sabiduría les capacita para vivir el presente, sin refugiarse en el pasado, ni huir hacia el futuro. Y distinguen perfectamente las cosas esenciales de las accesorias que muchas veces quitan el sueño al común de los mortales.
·      No, no son perfectas. Son humanas. Y en su vida, es posible descubrir incoherencias a su propósito básico de vida. Sus detractores se aprovechan de ellas, para descalificarlas. Cuando lo hacen, la sabiduría de esas personas sale a relucir. Son capaces de agradecer las críticas como medio para superarse. Y sonríen, pues son capaces de perdonarse también a sí mismas y de seguir su camino, procurando no volver a caer. Aunque saben que, probablemente, volverán a hacerlo.
·      Muchas de esas personas-faro suelen ser invisibles. Son desconocidas para la mayoría del gran público. Ellas prefieren pasar desapercibidas y tratan por todos los medios de conseguirlo. A veces, hasta las más próximas desconocen que viven al lado de alguna persona con esas características.


Ojalá que podamos luchar interiormente para ser Personas-faro. Nuestro mundo las necesita. Güen provecho!!

Recibe un abrazo de Paz

 Ángel-Dandy



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