Para muchos este título le puede recordar una canción del grupo de rumbas LOS CHICHOS". No es ese mi deseo, si bien es verdad que es una canción que me ha gustado mucho cantarla y bailarla. Lo que pretendo con este título es un planteamiento de vida y de visión de las cosas:
Ni más ni menos se da cuando damos a cada cosa el valor que se merece, ni más ni menos.
Ni más ni menos es cuando vivimos intensamente el presente, sin añorar el pasado (que ya está muerto), ni refugiarnos en el futuro (que es irreal y no existe), ni más ni menos.
Ni más ni menos consiste en saber vivir cada segundo como si fuera el único y el último, en toda su intensidad, haciendo al cien por cien lo que te toca hacer aquí y ahora, ni más ni menos.
... Y así podría hacerse una continua reflexión, ni más ni menos.
Todo esto me viene a la mente, porque todos sabemos el momento concreto que nos ha tocado vivir, que no es ni mejor ni peor que otros tiempos, ni más ni menos. Son circunstancias distintas, que muchas veces no coinciden con lo que nos gustaría que pasara, pero eso es todo y sólo lo único que tenemos.
Ya sabemos que los estados del agua son tres: sólido (en forma de hielo); líquido (que es cuando la bebemos) y gaseoso (en forma de humo que sube hasta el cielo). Analizando la vida, ya sea personal o de ' la gente con la que uno va conviviendo, podemos llegar a las siguientes conclusiones:
El estado que mejor refleja nuestra propia vida es el líquido, como el agua de los ríos que van recorriendo los distintos sistemas por los que fluye esa agua: montañas, valles, cascadas, subterráneos, etc. Nuestra vida debe hacerse tan fluida y adaptada a cada circunstancia como lo hace el agua de un río. No ocurre siempre así: A veces nuestra mente está endurecida, es un bloque y nos quedamos bloqueados, valga la redundancia, para asumir el aquí y ahora como decía al principio de este artículo y fruto de ello es la "cabezonería" para que las circunstancias se adapten a nuestros deseos (cosa que, además, no siempre se consigue) y no adaptarnos nosotros a las circunstancias; otras veces divagamos, nos perdemos en el mundo de los sueños, ...es cuando nuestra vida se parece al agua en forma de vapor: no aterrizamos en lo que nos corresponde hacer. De nuevo dejamos pasar lo mejor que la vida nos presente y soñamos, soñamos, hasta que la vida como tal deja de cumplir su cometido: ser vivida.
Me contaba un amigo mío la siguiente anécdota: "Entró un hombre en un bar y pidió un café. El café que le dieron estaba sin sabor, sin azúcar, vamos que era todo menos café. Y la única respuesta de este hombre, experto en café, al pasar el café por su boca fue: "El mejor café de mi vida". Pero ¿cómo se le ocurre decir "el mejor de mi vida" si está malísimo? La respuesta es obvia: En ese momento no tenía otro. Probablemente hablaría con el camarero para cambiarlo, pero hasta que llegara ese momento, ESE ERA EL MEJOR CAFÉ DE SU VIDA. Como ocurre contigo precisamente en este mismo instante en el que estás leyendo este artículo: AHORA ES TU MEJOR MOMENTO (y no porque el artículo sea bueno en sí que no lo es, sino porque no tienes otra cosa delante, si de verdad estás viviendo con intensidad tu momento presente).
Por todo ello, procura saborear lo que estés haciendo en cada instante de tu vida, no hay otro; podrás y deberás luchar por cambiar aquello que no te agrada y que esté en tus manos (si no está en tus manos, lo mejor es que cambies de acción cuanto antes y evitarás cabreos innecesarios que la vida nos depara día tras día).
En definitiva, vive la vida de la mejor manera posible en lo que toque vivirla, NI MAS NI MENOS, porque la vida así vivida, como diría San Francisco de Asís, es "SENCILLAMENTE PERFECTA".
Recibe un abrazo de paz.
Ángel-Dandy
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