Dar
“Más feliz es el que da que el que recibe” (San Pablo)
"Quien recibe agradecido da copiosas cosechas" (Willian Blake).
"Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta" (San Agustín).
"Haz las cosas no para que te las agradezcan, pero trata de hacerlas para gente agradecida"
Uno de los verbos que en nuestra sociedad cuesta mucho trabajo desarrollar es el verbo DAR. Nos cuesta trabajo dar; es mucho más interesante recibir; si damos nos quedamos sin nada y eso no nos gusta. Sin embargo es curioso contemplar cómo algunas actrices famosas así como otros personajes “importantes” de la sociedad parece que han descubierto la razón de su existencia cuando han dejado el ritmo de su vida tan “envidiable” y se han puesto a gastar gran parte de su fortuna y tiempo en alguna causa que busca el bien ajeno, ya sea en favor de personas marginadas o en defensa del medio ambiente.
De ahí que uno piense entonces que esa actitud de dar (que no es simplemente despojarse de cosas, sino enriquecer al otro con los propios valores, con actitudes de generosidad y afecto) puede realmente colmar y calmar lo más íntimo de nuestro ser. Por eso, como dice Bernabé Tierno, psicólogo y psicopedagogo español, “el que da de sí mismo no se empobrece, antes bien, se enriquece con la alegría de su propia generosidad”.
Nadie hay tan pobre que no tenga la oportunidad de dar algo. Hasta el más mísero de los mortales nos puede dar algo tan valioso como la ocasión de ayudarle, la oportunidad de estimular nuestra generosidad y vencer el egoísmo. El valor de una persona no se mide por la cantidad de lo que da, sino por la alegría y generosidad que manifiesta en sus detalles. La generosidad, pues, no es monopolio de los que tienen, de los ricos, sino patrimonio universal de cualquier corazón biennacido: Una sonrisa en la incomprensión, una mano tendida en la dificultad, una palabra de cariño en el dolor, una presencia oportuna en la soledad, un trozo de pan compartido en la escasez,... son las formas concretas de un amor que construye a la persona y a la humanidad. Todos tenemos un corazón capaz de generar amor y comprensión a raudales, sean cuales fuesen nuestras capacidades intelectuales o nuestro nivel económico y cultural.
El secreto está en saber poner nuestro corazón en cada acción generosa y abrirlo a los demás cuando abrimos nuestras manos y si no que se lo digan al mendigo de esta maravillosa historia que nos dejó el gran escritor de la India R. Tagore:
“Iba yo mendigando de puerta en puerta por el camino de la aldea, cuando tu carroza apareció a lo lejos como un sueño hermoso. Yo me pregunté maravillado quién sería aquel rey de reyes. Mis ilusiones volaron hasta el cielo y pensé que mis días malos se había acabado. Tu generosidad me sacaría de la pobreza...Y otro más.-
"Una anciana de ochenta y cinco años estaba siendo entrevistada con motivo de su cumpleaños. La periodista le preguntó qué consejo daría a las personas de su edad.El amor cura a todos, tanto a quienes lo reciben como a quienes lo dan.
Ángel-Dandy
2 comentarios:
Me quedo con la frase con la que comienzo este artículo: Más feliz es el que da que el que recibe. Güen provecho!
"Quien recibe agradecido da copiosas cosechas".
William Blake
"Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta".
San Agustín.
"Has las cosas no para que te las agradezcan, pero trata de hacerlas para gente agradecida".
Preciosa y GENEROSO post.
Un abrazo
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