La vida es imprevisible (Dandy): Hay un libro titulado “¿Quién se ha llevado mi queso?” (Editorial Empresa Activa) que se
centra prácticamente en esta realidad, es decir, en cómo afrontar el cambio en
el trabajo y en la vida. Es bueno tener una cierta
programación de lo que tenemos o
no tenemos que hacer, pero no hay que olvidar que la vida no es algo
cuadriculado, por el contrario, es algo imprevisible, pero no solamente en
grandes acontecimientos, sino en cosas de lo más cotidiano: Recibir un correo
en el móvil, escuchar detenidamente la letra de una canción que la tenía
“trillada”, una frase en un anuncio que puede cambiar tu vida y así un largo
etcétera. Lo mejor es tener la suficiente capacidad de adaptación para no cabrearnos “porque nos han cambiado
el lugar del queso”, es decir, lo que teníamos previsto, por eso podemos decir
que el horario de nuestra vida es lo que
la realidad nos va presentando minuto a minuto, segundo a segundo (Dandy).
La vida es la mejor escuela, en ella tenemos todo lo necesario
para aprender (Dandy): Dice nuestro
sabio refranero que “La experiencia es la madre de la ciencia” y sin embargo no
llegamos a aprender lo que la propia vida nos va enseñando y gran parte de
culpa la tienen nuestros esquemas mentales. Es como cuando probamos un zapato
que nos gusta mucho pero que se nos queda pequeño… nos empeñamos en calzarlo al
precio que sea; de igual manera, la vida es esa gran escuela maravillosa si
poseemos el don de la observación, del aprendizaje con humildad… y sus clases
son de lo más variado: Igual nos enseña a través de la naturaleza, que por las
relaciones humanas, que por la ciencia, que por las ondas musicales, que por un
papel escrito, incluso nos habla a través del silencio: Prestemos atención,
estemos atentos para no cansarnos nunca de aprender. Seamos humildes para ver
luz maravillosa en cada acontecimiento de nuestra propia vida y en la de los
demás por muy insignificante o doloroso que nos pueda parecer, porque la
vida es una magnífica escuela para aprender de ella: Seamos adaptables como el
agua de los ríos, alegres como los pájaros, vistosos como las flores,
silenciosos como la brisa, trabajadores como las hormigas, alegres como las
cigarras, cercanos a los demás como los oasis en el desierto y así un largo etcétera
de cada ser y acontecimiento del que podamos fijarnos y aprender.
Recibe un abrazo de Paz.
Ángel-Dandy
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