MI PEQUEÑO HOMENAJE A CERVANTES: “UTÓPICOS QUIJOTES”
"Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es locura ni utopía, sino justicia" (D. Quijote).
En este año cervantino, en este año en el que se cumple el IV Centenario de la muerte de este gran escritor, Don Miguel de Cervantes, quiero rendir un pequeño homenaje a través de este artículo mío sobre esta visión de la vida tan peculiar donde los conceptos de “Quijote” y de “Persona Utópica” vienen a ser sinónimos.
Quijote: “Persona que antepone sus ideales a su conveniencia y obra desinteresada y comprometidamente en defensa de causas que considera justas, aunque no lo consiga, al menos por ahora”.
Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique afirma: “¿Quijotes? Si el Quijote es utópico, lo es porque combate las injusticias del mundo que no soporta. Quiere un mundo distinto que piensa posible, pero no quiere imponerlo, no quiere obligar a nadie a entrar en él. Muchas de las utopías del siglo XX fracasaron porque quisieron imponerlas. El Quijote es generoso, no obliga a nadie, no impone por la fuerza ningún proyecto. ¿Somos locos por pedir que esto cambie? Las utopías no son más que verdades prematuras”.
Esta experiencia nos invita a re-plantear lo que es la Utopía. La Utopía es un plan ideal, es una propuesta, no para realizarla de forma inmediata, pero que es alcanzable y que para lograrla se precisa del esfuerzo colectivo. Así ocurrió con la abolición de la esclavitud, con la reducción de la jornada laboral y en el voto universal por citar sólo tres ejemplos.
Vivir en la Utopía es buscar lo nuevo que no está, pero que debe estar; por ejemplo: que no haya hambre en el mundo. Por tanto, utópico es el que no está de acuerdo con este orden de cosas y quiere otras mejores, no sólo como deseo, sino con la voluntad de transformar radicalmente la experiencia y proyectando esos deseos de perfección en el espacio y en el tiempo en acciones concretas.
Hay muchos tipos de Utopías: Las hay pequeñas y grandes, falsas y verdaderas, miserables y nobles, fugaces y de larga duración, materialistas y transcendentes, que esclavizan o liberan…
La Utopía sirve como crítica, como destrucción de lo que no vale (guerra, pobreza, hambre,…) y también anima a conseguir lo que debe ser (vivir en paz, fraternidad, justicia,…). La Utopía da sentido a la lucha y al quehacer de cada día; por tanto da sentido a la vida. Podemos decir además que tiene tres funciones:
1.- Ser un instrumento de trabajo que permite explorar todas las posibilidades concretas.
2.- Mostrar a los demás que lo real no se acaba en lo inmediato, en lo que se ve, sino que siempre hay más posibilidades.
3.- Hacernos conscientes de las imperfecciones de este mundo, no para huir hacia un pasado dorado o un futuro ilusorio, sino para transformarlo conforme a las exigencias que presenta la misma Utopía.
Sin embargo, la utopía tiene sus enemigos: Los instalados en su comodidad y que no les importa nada los demás; los elevados en su poder o categoría, que sólo miran para su provecho. los que desconfían de las personas, los que piensan que el ser humano es radicalmente malo y que no puede cambiar, etc.
Por el contrario, se vive la utopía cuando…
… Se educa para el ser y no para el tener.
… Se proclama el derecho de todo ciudadano a disponer de una asignación básica universal (perdonar la deuda externa, solidaridad entre los países del Norte y del Sur,…).
… Se lucha por una política orientada al bien común: Trabajar menos para que trabajen más personas, luchar no por los votos, sino por los ciudadanos, reconvertir las fábricas de armamentos en fábricas de desarrollo.
… Se defiende una nueva ética del trabajo y no la pura y dura rentabilidad económica.
…Se despierta y grita a favor del ser humano denunciando las injusticias: hambre, guerras, participando en asociaciones (Manos Unidas, Cáritas,…) uniéndose a otros ante los problemas.
… Se rompe con nuestras mil instalaciones que son fruto de la “anestesia” de nuestra sociedad (compartiendo nuestro tiempo con los demás, aportando parte de nuestro sueldo en favor de otros, abriendo nuestra casa al extranjero, transeúnte, luchando contra todo tipo de marginación.
… Se crean comunidades que viven las bienaventuranzas de Jesús, ya sabes, felices los que trabajan por la paz, los misericordiosos, los pobres, los que sufren,… (rompiendo con el sistema basado en el poder, dinero fama,…).
VIVIR LA UTOPIA ES VIVIR EN MEDIO DEL DESGARRO Y DE LA INJUSTICIA SIN CEDER AL DESÁNIMO, DURE LO QUE DURE LA ACTUAL SITUACIÓN Y AUNQUE ÉSTA SEA TODAVÍA MUY DIFÍCIL.
Por todo ello, que el espíritu utópico del Ingenioso Hidalgo siga calando con profundidad en nosotros para no acomodarnos a nuestro mundo y nos esforcemos por cambiarlo. Seamos utópicos, seamos Quijotes.
JAngel-Dandy
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