YA QUEDA
MENOS QUE ANTES….
Cuando era un zagalillo de
8 o 9 años, iba con el resto de mi familia desde Andújar a Morón de la Frontera
(Sevilla), poblaciones que distan entre sí casi 200 kilómetros, a visitar a una
tía mía religiosa. El medio de transporte era un Land Rover corto de la época.
Por eso, cuando llevábamos una hora de viaje, le preguntaba a mi padre: “Papá, ¿queda mucho para llegar?”. Y él
me decía: “Ya queda menos que antes”.
Cuando pasaba otra hora, le volvía a preguntar: “Papá, ¿queda mucho para llegar?”. Y él
me decía de nuevo: “Ya queda menos que
antes”.
Al cabo de varias horas, por fin,
llegábamos al destino después de ese viaje tan lento y dificultoso…y, aunque
han pasado ya más de 45 años de aquella experiencia y de esa respuesta, bien
puede ser la respuesta hoy en día ante cuestiones como por ejemplo las
siguientes:
· ¿Queda
mucho para que desaparezca el odio en el mundo?
· ¿Queda
mucho para que el perdón venza a la venganza?
· ¿Queda
mucho para que la alegría venza a la tristeza?
· ¿Queda mucho
para que la esperanza venza a la desesperanza?
· ¿Queda
mucho para que nuestro mundo sea una auténtica fraternidad?
· ¿Queda
mucho para que la naturaleza alcance su equilibrio y mejora?
· ¿Queda
mucho para que …?
Y la respuesta, ojalá sea: “Ya queda menos que
antes…”
¿Cómo conseguirlo?
Si consideramos la vida como un viaje, he aquí
algunos aspectos: Se consigue en equipo, con constancia, teniendo clara la
ruta, potenciando la gratitud y la gratuidad, cuidando a las personas que nos
ayudan, escuchando, acompañando, no rindiéndonos ante las adversidades,
buscando ayuda en los demás,….
Comparto,
pues, contigo, amigo lector dos reflexiones:
Nunca rendirse:
Cuando las cosas vayan mal, como a veces
pasa, cuando el camino se ponga cuesta arriba, cuando tus recursos mengüen y
tus deudas suban, cuando al querer sonreír, debas ahogar las lágrimas, cuando
tus preocupaciones te tengan agobiado, descansa, si te urge, pero no te rindas.
La vida es rara con sus idas y
venidas, donde las contradicciones son el pan de cada día, y si el fracaso,
entonces, llama a tu puerta y te invita a mirar hacia atrás, no le des entrada,
lucha, mira hacia adelante, no te rindas.
Por eso, decídete a luchar sin
tregua, porque, en verdad, cuando todo empeora, el que es valiente, no se rinde,
¡ LUCHA !
El valor de uno más:
- “¿Cuánto pesa un copo de nieve?” -
preguntó un gorrión a una paloma.
- “Nada, ni un ápice”, fue la respuesta.
- “Si es así debo contarte una historia
maravillosa” - dijo el gorrión.
“Me posé en la rama de un abeto, cerca del tronco y
empezó a nevar. No era una ventisca. Era una nieve suave y plácida como un
sueño. Como yo no tenía nada que hacer, fui contando los copos mientras caían
sobre las hojas de mi rama.
El número fue exactamente de 3.741.952 cuando sobre
la rama cayó el siguiente copo (nada de peso, ni un ápice, como tú dices) y
entonces la rama se rompió”.
Dicho
esto, el gorrión echó a volar.
La paloma,
una autoridad en la materia desde los tiempos de Noé, se puso a reflexionar. Pasados unos minutos dijo:
- “Quizá tan sólo haga falta la colaboración
de una persona más para que la solidaridad se abra camino en el mundo”.
Ya
sabes, cuando alguien te pregunte si queda mucho por hacer un mundo mejor, la
mejor respuesta es… “Si ponemos de
nuestra parte, YA QUEDA MENOS QUE ANTES” je je…
Recibe un abrazo de Paz.
Ángel-Dandy
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