Los Cambios necesarios (2ª parte).-
Palabras que pueden cambiar tu vida
Nuestra vida es la obra de nuestros pensamientos (Marco Aurelio). Si tenemos pensamientos felices, seremos felices, si tenemos pensamientos desdichados, seremos desdichados, etc. Nuestra acitud mental tiene un profundo efecto sobre nuestros poderes físicos.
No son las situaciones exteriores la causa de nuestro sufrimiento, sino lo que yo pienso de esas situaciones. Te invito a que leas esta historia complementaria:
Cambiar yo para que cambie el mundo
Un maestro espiritual decía de sí mismo:
De joven yo era un revolucionario y mi oración consitía en decir a Dios: “Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo”.
A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir: “Señor dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho”.
Ahora que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración es la siguiente: “Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo”. Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida.
(Anthony de Mello)
Todo el mundo piensa en cambiar a la humanidad. Casi nadie piensa en cambiarse a sí mismo.
Nuestra paz interior y nuestra alegría dependen no de dónde estamos, qué tenemos o qué somos, sino únicamente de nuestra actitud mental. Las condiciones exteriores tienen que ver con esto muy poco: Si cultivamos pensamientos creadores de valor y serenidad, podemos disfrutar de un paisaje sentados en nuestro ataúd y camino del patíbulo o podemos entonar vibrantes y alegres canciones en los momentos en que morimos de hambre y de frío.
Un hombre no es herido tanto por lo que sucede, cuanto por su opinión de lo que sucede, y la opinión de lo que sucede es cosa enteramente nuestra.
Una persona sólo puede prosperar, consquistar y alcanzar sus metas elevando sus pensamientos. Yo mismo puedo llegar hasta donde me lo proponga. Mis acciones regulan mis reacciones y éstas mis emociones.
Gran parte de lo que denominamos Mal... puede ser convertido muchas veces en un bien amplio con sólo el cambio interior del paciente, de una acitutd de miedo a otra de lucha. ¡Luchemos por nuestra Felicidad!
Debemos ocuparnos de nuestros problemas, no preocuparnos (esto sería dar vueltas enloquecedoras e inútiles a un asunto).
Libros sugerentes:
Vivir desde lo positivo (Alfonso Francia. Ed. Paulinas), El Canto del Pájaro (Anthony de Mello. Sal Terrae), Valores Humanos (Bernabé Tierno, Taller de Editores S.A.) y Cómo vivir sin preocupaciones y disfrutar de la vida (Dale Carnegie. Edhasa).
Recibe un abrazo de Paz, Ángel-Dandy
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