viernes, 1 de abril de 2011

Cartel precioso de Cuaresma

1 comentario:

Ali dijo...

¿Queremos respirar a Cristo? ¿De verdad queremos? Su amor no es incondicional. ¿Suena mal? Su amor es eterno, no se muda, no hay viento que lo desvíe, es por siempre y para siempre... pero tiene una condición: Que nos amemos como Él lo hizo. Todo lo demás (normas, dogmas, encíclicas, parafernalias, movimientos para salvar la vilipendiada y acosada fe católica o cristiana...) Todo éso es fervor, que está genial; es ardor guerrero; es, a veces, fanatismo; es fe personalizada, edulcorada, adaptada a nuestra imagen y semejanza, a lo que nos interesa y conviene. Generalizar no es mi estilo, aunque lo parezca. Sólo pienso en voz alta y hablo de mí.
Enhorabuena por este blog, amigo.
Un abrazo de paz que recibo y devuelvo!